martes, 29 de septiembre de 2015

REGRESO A CASA


Antes de partir para casa tuvimos la oportunidad de disfrutar de una par de días de descanso en la costa oriental de Costa de Marfil. A escasos kilómetros de Grand Bassan, pueblo colonial donde estábamos alojados, se levantan pequeñas aldeas de pescadores cuya vida y economía está completamente ligada al mar.

Estas comunidades se agrupan con el objetivo común de sacar el mayor partido al mar, como podemos observar en el curioso sistema de pesca con red, donde unos muchachos se adentran mar adentro llevándose consigo el extremo del sistema de redes, y desde la orilla decenas de hombres tiran y van como a poco arrastrando la pesca hacia la tierra.

Posteriormente, todo la mercancía se agrupa en lotes para ser subastada. Los lotes son un popurrí de diferentes especies y tamaños.












Las mujeres portean sobre sus cabezas pesados valdes con decenas de kilos de pescado




El paraiso está un poco lejos....la realidad que hay detrás de las bonitas fotos de las kilométricas playas de cocoteros...es una terrible contaminación de las aguas del Golfo de Guinea, en concreto cerca de la zona de la capital. Las olas baten constantes espumarajos de color amarillento y muchas zonas cercanas a las playas se encuentran saturadas de basura


Equipo ORANGE, con la bebida oficial de viaje...un buen par de Pagafantas



VISITA A ABIDJAN

Abidján es la capital administrativa del país, y lugar donde se encuentra el aeropuerto internacional desde el que partiremos por la noche. Es una de las ciudades más pobladas y pujantes de África occidental, con un importante puerto y una potente industria.

En esta ciudad hay importantes colonias de ciudadanos extranjeros, franceses, libaneses, etc que han montado sus empresas y negocios.  






PREPARÁNDOLAS PARA HIVERNAR

La tarde antes de coger el avión contactamos con un conocido de un amigo burgalés, quien se ofreció a aparcar las motos en su casa y dejarlas aquí hivernando hasta el próximo regreso




....la despedida de una vieja amiga...muchas batallas juntos



VUELO HACIA ESPAÑA

Como siempre, largas horas de espera en aeropuertos, En esta ocasión volamos con Air Maroc haciendo escala en Casablanca. Luego llegada a Madrid y autobús a casa.

En apenas 8 horas hicimos los 7.500 km que en días atrás nos emplearon mas de 22 días en recorrerlos desde nuestras casas. 


....curiosa imagen la sombra proyectada del avión sobre la nube





.....nos faltan las fotos de los besos y abrazos con  los nuestros, a los que siempre hemos llevado en la cabeza y en el corazón. Muchas gracias por estar siempre ahí, con todo el apoyo desde la distancia, tan lejos, pero TAN CERCA.

FIN

viernes, 25 de septiembre de 2015

COSTA DE MARFIL, LLEGADA AL GOLFO DE GUINEA

Esta es la quinta frontera que cruzamos en nuestro viaje y ya le hemos cogido el hilo. Ayuda mucho que tanto los oficiales de frontera y aduanas de Mali y Costa de Marfil estuvieron siempre muy dispuestos a ayudarnos en todos los papeleos de frontera.

Vamos a ver, que pasar una frontera no es como hacer la declaración de la renta. Tan solo tienes que adivinar cual es la frontera, que a veces se confunden con simples puntos de control policial....la fila de bidones arrugados..., después consigues adivinar cual es la oficina del policía de frontera, siempre sucia y destartalada,  para que te ponga el sello de salida del país. No suele estar lejos la oficina de aduanas. En nuestro caso entramos con un vehículo y debemos realizar un documento llamado passavan, el cual entregas al salir, para demostrar que no lo has vendido o que entraste con él.

Los trámites en la siguiente frontera son idénticos pero al revés, primero sello de entrada y luego aduanas, y como en este caso te encuentras sorpresas de que hay que pagar algún impuesto...siempre regateable. Lo más importante es tener paciencia y poca prisa y no perder ojo a las motos.





Costa de Marfil pertenece a una confederación de países con muchas cosas en común, idioma, moneda y sobre todo un pasado colonialista francés. La ventaja para nosotros es que desde Senegal no hemos cambiado de moneda.

Realmente tenemos sensación de haber atravesado tan solo dos fronteras naturales, el estrecho de Gibraltar y el río Senegal, que han sido los puntos en los que hemos notado importantes cambios de cultura y paisaje.

¡Hombre!, también está "Kandahar", la famosa frontera ya mencionada entre Marruecos y Mauritania que por aquí vuelve loco a todo el mundo, viajeros y transportistas.

Costa de Marfil nos ha pillado un tanto de sorpresa ya que no estaba en nuestros planes, por tanto el itinerario y los puntos de visita al país los hemos debido improvisar, sin embargo, un gran handicap para recorrer diversas zonas del país, es el estado de las carreteras,. La nacional más importante, la que comunica Mali con las capitales, esta destrozada y llena de profundos socavones, por tanto circular por cualquier otra vía de comunicación nos puede complicar todo. No podemos permitirnos hacer distancias de 500 km por pistas en mal estado, con probabilidades que se encuentren anegadas en los pasos de río, (en estos momentos está finalizando la época de lluvias y todos los ríos bajan en su máximo caudal). Así que tomaremos rumbo al sur, dirección a Abidjan con la idea de recorrer la costa del Golfo de Guinea.






A diferencia de Mali, aquí hemos sido advertidos de un nuevo peligro. Nos han advertido que por la noche NO circulemos por carretera. A pesar de que como en Senegal y Mali, la gente es tremendamente cordial, simpática y honrados, debe haber cuadrillas de malos malotes que si te pillan por la noche te bloquean la carretera y te dejan en paños menores. No hemos tenido la suerte de conocerlos.




PEQUEÑO VATICANO

En Costa de Marfil se pueden ver alguno de los mayores contrastes del planeta, Por lo que llevamos recorrido de este país, hemos podido comprobar que la población rural y de los pueblos grandes que pasamos, tienen una economía muy ajustada, las infraestructuras están destartaladas, las calles y cunetas de las poblaciones desarmadas y llenas de basura....repito, estamos pasando muy de largo y no puedes analizar con precisión la situación real de los habitantes, pero aparentemente, desde nuestro punto de vista, hay cierta pobreza.

Si embargo, la llegada a la Capital administrativa supone un brutal impacto para nuestro ojos. Grandes avenidas, grandes esculturas, monumentos y edificios...y sobre todo, percibida desde kilómetros atrás, la silueta de la mayor basílica católica de toda África y una de las más grandes del mundo.

La Basílica de Nuestra Señora de la Paz, en Yamasukro,  trata de imitar a San Pedro del Vaticano, tanto por su monumental Cúpula de 150 m de altura, así como por la inmensa plaza porticada que la da acceso.






La obra fue construida en 1989, promovida por el presidente Felix Houphue, tardándose cuatro años en levantar el edificio con un coste de unos 300 millones de euros, supuestamente sacados de "su patrimonio", con cabida para 18.000 personas y 300.000 en su plaza exterior. Fue inaugurada por Juan Pablo II. Incluso la iglesia, siendo como es, hizo una llamada de atención al entonces presidente por construir semejante barbarie mientras su pueblo se sumía en la pobreza. Hay que recordar que en Costa de Marfil conviven las dos religiones más importantes de África, catolicismo e islamismo, en aparente armonía.






El mismo contraste debe suponer la visita de Abidjan, capital pujante del África central, nacida de un emergente comercio marítimo gracias a su importante puerto comercial, Al igual que San Pedro, otra ciudad situada en la costa, al Oeste del país, del que dicen que se ha convertido en el mayor puerto africano. Aun no hemos tenido oportunidad de conocer la capital económica, lo dejaremos para el final ya que desde allí, regresamos a casa después de esta primera etapa de la travesía africana.


Brutal contraste a la salida de Yamasukro en el que pasamos de avenidas perfectamente urbanizadas y mega monumentos, a calles un tanto más africanas.





.....Cafe "negro"


Una de las ventajas de Costa de Marfil, es que al estar ajustado el presupuesto de mantenimiento de carreteras, al pasar por localidades no existen badenes de los que te obligan a frenar si no quieres que se salten los empastes, algo de lo que acabamos hartos en Mali. Aquí sencillamente, lo que parecen barricadas, son obstáculos para que los camiones y coches reduzcan la velocidad durante la travesía....nosotros encantados








Cara que se queda después de recorrer 400 km por una carretera repleta de socabrones, buscar hotel en el punto más cercano para que no te pille la noche en la carretera, regatear el precio y descargar los bultos de la moto.


Autopista cercana a Abidjan. En la zona sur del país comienzan a verse mejoras en las infraestructuras, que destacan a su paso por la capital



DESCANSO EN GRAND BASSAN

Desde que llegamos el jueves a esta turística ciudad no nos hemos movido en 2 km a la redonda. Un lugar perfecto para descansar de este largo viaje, con un total de 7.500 km por la costa oeste de África. Un viaje que ha salido todo "sobre ruedas", sin problemas de salud, sin problemas mecánicos importantes, sin problemas de papeleos o documentos, sin demasiado calor, sin días de intensas lluvias, salvo un par de tormentas, sin robos....al menos hasta el día de hoy....cruzaremos los dedos




Grand Bassan es el lugar perfecto para el descanso, un bonito pueblo colonial francés en la misma costa, en el que las pocas casas arruinadas están en proyecto de restauración, con un litoral lleno de hoteles con mucho encanto en el que ninguno sobresale de la vegetación, y por lo que vemos, preparados para el turismo local de esa nueva clase social de la capital, con alto poder adquisitivo,....y para algún que otro europeo despistado. En temporadas fuertes de noviembre a enero deben venir muchos franceses, por ahora nosotros somos los únicos europeos.






Imágenes del turismo local en la playa de Grand Bassan, importante centro turístico de Costa de Marfil



Aldea de pescadores de Grand Bassan. Todo el pescado recogido en la noche se traslada a la zona cercana a la playa donde se deshidrata mediante un sistema de ahumado, con el fin de que se conserve en el tiempo y sea trasladado al mercado central